En la vida moderna, donde la prisa y las agendas apretadas son la norma, es fácil caer en la trampa de comer rápidamente y sin prestar atención a las señales de hambre y saciedad que nuestro cuerpo nos envía.
Para los profesionales de la salud, como los nutricionistas, enseñar a los pacientes a comer más despacio es una habilidad esencial para mejorar su salud y bienestar.
Hoy te contamos por qué es tan importante comer con calma y proporcionaremos consejos prácticos para ayudar a los pacientes a reducir la velocidad de ingesta y mejorar su relación con la comida.
Por qué es importante comer despacio
La velocidad a la que comemos tiene un impacto significativo en nuestra salud y en nuestra capacidad para controlar el hambre y la saciedad.
Cuando comemos demasiado rápido, no le damos suficiente tiempo a nuestro sistema digestivo para comunicar a nuestro cerebro que ya estamos satisfechos.
Estas señales de saciedad requieren al menos 20 minutos desde el inicio de una comida para liberarse, llegar al sistema nervioso central a través de la circulación y ejercer su efecto.
Aquí hay algunas razones por las cuales comer rápido puede ser perjudicial:
- Comer en exceso: al comer rápido, es más probable que consumamos más alimentos de los que realmente necesitamos en un momento dado, lo que puede llevar al aumento de peso y a problemas de salud relacionados.
- Antojos y picoteo: comer rápido puede llevar a antojos y a la tendencia a picotear o comer más de forma inconsciente después de terminar la comida porque las señales de saciedad no han tenido tiempo de llegar.
- Malestares digestivos: comer apresuradamente puede causar malestares digestivos como gases, acidez, reflujo y sensación de pesadez. Masticar adecuadamente los alimentos es esencial para una digestión óptima.
Ahora que comprendemos la importancia de comer despacio, es hora de explorar cómo ayudar a los pacientes a reducir la velocidad de ingesta y mejorar su relación con la comida.
Cómo reducir la velocidad de ingesta
Enseñar a los pacientes a comer más despacio es un proceso que requiere paciencia y práctica. Aquí hay algunas estrategias que pueden ser efectivas:
Antes de comer:
- Liberar la tensión: realizar ejercicios de alta intensidad, meditación guiada o respiración profunda antes de la comida puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, lo que a su vez promoverá una comida más tranquila.
- Establecer un ritual: crear un ritual antes de la comida, como elegir música de fondo o realizar una tarea del hogar rápida, puede ayudar a preparar mentalmente a los pacientes para la comida.
- Beber un vaso de agua: tomar un vaso de agua antes de comenzar a comer puede ayudar a reducir la sensación de hambre y a preparar el sistema digestivo.
Ten en cuenta el tiempo:
Utilizar un temporizador: Animar a los pacientes a utilizar un temporizador de cocina con una cuenta atrás de 20 minutos o el cronómetro de su teléfono para rastrear el tiempo que dedican a comer.
Come siempre sentado a la mesa:
Evitar distracciones: Comer de pie, en el sofá o mientras se realizan otras tareas dificulta la concentración en la comida. Sentarse a la mesa promueve la atención plena en la comida.
Mastiación:
- Contar las veces que masticas: animar a los pacientes a masticar al menos 20 veces por bocado para promover una masticación adecuada y ayudar a ralentizar la ingesta.
- Dar volumen a los platos: incluir una gran cantidad de verduras y hortalizas, cortadas en trozos grandes, puede aumentar el tiempo de masticación y promover una mayor saciedad.
- Respirar entre bocado y bocado: hacer una pausa entre cada bocado para tomar una respiración profunda y aplicar la técnica HEVA (Hacer Espacio y Valorar Alimentos) puede ayudar a comer de manera más consciente.
- Comer atento: evitar distracciones como la televisión o dispositivos electrónicos y centrarse en el acto de comer. Saborear de forma consciente puede ayudar a controlar la ingesta y reducir la sensación de culpa.
Los cubiertos:
Colocar los cubiertos en el plato entre bocado y bocado: Esto evita que los pacientes se preparen para el siguiente bocado antes de tragar el anterior y promueve una mayor conciencia de la comida.
Trucos para ayudar: se pueden utilizar palillos chinos en lugar de cubiertos convencionales, cubiertos de plástico desechables, cubiertos de menor tamaño o usar la mano no dominante para comer, lo que puede ralentizar la ingesta.
Introduce pausas:
- Beber agua: tomar sorbos pequeños de agua durante la comida puede ayudar a generar saciedad y dar tiempo a que las señales de hambre y saciedad se comuniquen adecuadamente.
- Servir los platos en etapas: servir solo el primer plato o ensalada y luego levantarse para terminar de cocinar o servir el segundo plato puede fomentar una ingesta más pausada.
- Conversación: si se come acompañado, hacer descansos para conversar y dejar de comer en esos momentos puede ayudar a disfrutar de la comida y a prestar atención a las señales de saciedad.
- Realizar tareas breves: hacer una pausa para realizar tareas breves, como lavar platos o hacer la cama, puede ayudar a intercalar momentos de relajación durante la comida.
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Enseñar a los pacientes a comer más despacio es esencial para promover una relación saludable con la comida y mejorar la gestión de las sensaciones de hambre y saciedad.
Comer con calma no solo beneficia la digestión, sino que también puede ayudar a prevenir el exceso de comida y los problemas de peso.
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Los profesionales de la salud, especialmente los nutricionistas, desempeñan un papel crucial en la educación de sus pacientes sobre la importancia de la velocidad de ingesta y la aplicación de estrategias prácticas para lograrlo.
Ayudar a los pacientes a desarrollar esta habilidad puede marcar la diferencia en su viaje hacia una alimentación más consciente y saludable.