Sí, el SIBO está de moda. En las últimas semanas se han disparado las búsquedas en Google de “cómo saber si tienes sibo”, “hinchazón abdominal y sibo”, “imo y sibo”, etc. Y ya, ni te cuento cómo está el panorama en redes sociales.
El Síndrome de Intestino Irritable (SII) es una afección gastrointestinal que ha ganado una creciente atención en los últimos años, no solo por su alta prevalencia, sino también por su impacto significativo en la calidad de vida de los pacientes.
Una de las vertientes de este síndrome es el SIBO (Sobrecrecimiento Bacteriano del Intestino Delgado), que ha ganado notoriedad en la comunidad médica debido a su relación con los síntomas del SII.
En este contexto, la Dieta FODMAP destaca como una estrategia terapéutica prometedora, ¡aunque no es la única! Recuerda que esto lo vemos en nuestro Curso Smart Pills de SII & SIBO con Eli Gallego.
En el mundo del manejo del SIBO, la Fase 1 de la Dieta FODMAP se ha establecido como un cimiento sólido para aliviar los síntomas molestos que afectan a los pacientes.
Esta etapa inicial implica restringir ciertos grupos de alimentos ricos en FODMAPs conocidos por su potencial para desencadenar síntomas gastrointestinales incómodos. Sin embargo, es fundamental comprender que la Fase 1 no está diseñada para ser una restricción perpetua, y su duración debe ser adecuadamente controlada para evitar repercusiones negativas tanto a nivel nutricional como biopsicoemocional.
Es comprensible que algunos profesionales de la salud puedan optar por mantener a los pacientes en la Fase 1 durante más tiempo del necesario, en un intento de evitar cualquier posible recaída o molestia.
Sin embargo, esta precaución bien intencionada puede tener efectos contraproducentes.
Prolongar innecesariamente la Fase 1 puede llevar a déficits nutricionales significativos, afectar la relación de los pacientes con la comida y generar angustia psicológica al privarlos de una variedad de alimentos esenciales para su bienestar físico y emocional.
La Fase 2 de la Dieta FODMAP: reintroducción estratégica y protocolizada
Una vez que los pacientes han experimentado mejoras en sus síntomas a través de la Fase 1 de la Dieta FODMAP, es el momento adecuado para avanzar hacia la Fase 2: la reintroducción controlada de moléculas FODMAP específicas.
Esta etapa es esencial para individualizar y optimizar la alimentación de cada paciente, ya que busca identificar qué FODMAPs son bien tolerados y cuáles pueden desencadenar síntomas.
En la Fase 2, el objetivo principal es reintroducir gradualmente los FODMAPs uno por uno, para evaluar la respuesta individual de cada paciente. Aquí es crucial adoptar un enfoque protocolizado, evitando la confusión y minimizando las interacciones entre alimentos.
Los alimentos seleccionados para la reintroducción deben ser ricos en el FODMAP que se va a evaluar y bajos en aquellos que no se están evaluando en ese momento.
Además, se debe introducir solo un FODMAP a la vez, para facilitar la identificación de posibles desencadenantes de síntomas.
Registro de síntomas y adaptación progresiva
Durante la reintroducción, se recomienda utilizar un registro de síntomas para realizar un seguimiento riguroso de las respuestas individuales a cada FODMAP.
Algunos síntomas iniciales como gases o hinchazón son normales, ya que los FODMAPs son propensos a la fermentación en el intestino. Sin embargo, es fundamental hacer hincapié en que los pacientes deben interrumpir la prueba si experimentan síntomas más graves, como cólicos o diarreas explosivas.
Esta precaución es esencial para evitar un malestar excesivo y garantizar la seguridad de los pacientes.
Proceso de prueba de reintroducción de FODMAP
El proceso de prueba de reintroducción se lleva a cabo en bloques de tres días para cada FODMAP:
- Día 1: se introduce un alimento con un alto contenido del FODMAP específico en una cantidad mínima.
- Día 2: la cantidad del alimento se duplica con respecto al día anterior.
- Día 3: se realiza un día de descanso sin la ingesta del alimento en cuestión.
Este enfoque progresivo y estructurado permite una evaluación exhaustiva de la tolerancia a cada FODMAP, al tiempo que ofrece tiempo para observar cualquier reacción adversa.
Consideraciones prácticas y acompañamiento profesional
En esta fase, es esencial que los profesionales de la salud, como dietistas-nutricionistas, ofrezcamos una guía sólida y un apoyo cercano a los pacientes.
Te dejamos algunos consejos prácticos extra:
- Horario de consumo: se recomienda consumir alimentos nuevos en el desayuno para frutos secos, lácteos o frutas, y en el almuerzo para verduras, hortalizas o legumbres. Esto facilita la observación de síntomas durante el día.
- Registro detallado: acostumbra a los pacientes a mantener un registro detallado de síntomas, tanto positivos como negativos, para cada FODMAP reintroducido. Esto es clave para la toma de decisiones posteriores.
- Flexibilidad y personalización: aunque no existe un orden estricto para reintroducir los FODMAPs, se puede guiar a los pacientes a elegir los alimentos que más les gusten y se adapten a sus preferencias alimenticias.
- Pausas y reajustes: si un FODMAP específico causa síntomas, se recomienda detener la prueba, regresar a la Fase 1 hasta que los síntomas se resuelvan y luego continuar con la siguiente prueba. Las reacciones negativas no deben interpretarse como intolerancias permanentes, sino simplemente como indicadores de que el intestino aún no está listo para tolerar ese FODMAP en particular.
Preparando el terreno para la Fase 3 y una alimentación personalizada
La Fase 2 de la Dieta FODMAP es una etapa crucial en el manejo del SIBO, ya que brinda la oportunidad de identificar los FODMAPs específicos que desencadenan síntomas en cada paciente.
Siguiendo un enfoque protocolizado y trabajando en estrecha colaboración con los profesionales de la salud, los pacientes pueden ganar un mayor conocimiento de sus reacciones individuales y preparar el terreno para la Fase 3.
En esta “fase final” es donde se crea un plan de alimentación personalizado basado en todo el trabajo que hemos hecho previamente y una comprensión profunda de las necesidades del paciente.
Es importante aplaudir el trabajo que ha hecho el paciente, refozando cómo ha cuidado lo que come y cómo ha ido entendiendo las situaciones que afectan a su salud digestiva. Saber qué no sienta bien, les ayuda a tomar decisiones dentro y fuera de casa.