¿Tienes en tu consulta familias y peques que necesitan alimentarse mejor?
Vamos a ver cómo introducir alimentos saludables en la alimentación infantil, promoviendo hábitos nutricionales equilibrados y fomentando un estilo de vida saludable.
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Frutas, siempre un “snack” ganador:
Cuando se trata de introducir alimentos saludables en la dieta infantil, las frutas son la opción estrella. Además de ser deliciosas, aportan una gran cantidad de nutrientes importantes para el crecimiento y desarrollo de los pequeños. Frutas completas como el plátano, pera, manzana, naranja, mandarina, kiwi y uvas son perfectas para llevar en la mochila y disfrutar en cualquier momento del día.

Conveniencia y variedad: tupper fruta cortada o crudités
Es comprensible que los padres y cuidadores busquen opciones fáciles y convenientes para ofrecer a los niños. Un tupper con frutas cortadas, como melón, sandía, piña, tomate, zanahoria, pepino o aguacate, es una excelente elección para mantener la frescura y facilitar el consumo.
Los crudités también son una opción genial para incluir más variedad en la dieta, y además, ¡les encantan a los niños!
Fruta desecada, una opción saludable y sabrosa
La fruta desecada sin azúcar es otra alternativa que puedes recomendar a los padres.
Pasas, ciruelas pasas, orejones de albaricoque y otros frutos secos deshidratados pueden satisfacer los antojos de dulce de los niños, ¡pero sin el exceso de azúcar de las golosinas!
Batidos de frutas completas, una opción refrescante
En los días calurosos o como opción para el recreo, los batidos de frutas completas son una elección refrescante y deliciosa.
Mezclar diferentes frutas con leche, yogur o incluso agua puede crear combinaciones sabrosas que los niños adorarán.
Lácteos, fuentes de calcio y proteínas
Los lácteos son fundamentales en la dieta infantil, ya que proporcionan calcio y proteínas necesarias para el desarrollo óseo y muscular de los niños.
Puedes recomendar a los padres incluir leche entera o yogur natural sin azúcar en la mochila de los pequeños.
Variedad con queso fresco y otras opciones
Para aportar variedad a los lácteos, puedes sugerir queso fresco o tierno troceado, e incluso queso fresco batido, skyr o kéfir con diferentes adiciones como canela, cacao puro, uvas, dátiles, frutos secos o batido con frutas.
Estas opciones asegurarán que los niños disfruten de su ingesta de lácteos de forma variada y placentera.
Bocatas y tostadas, ¡saludables y deliciosos!
Los bocatas y las tostadas son comidas clásicas que los niños disfrutan, pero podemos hacer algunas modificaciones para que sean opciones más saludables. Recomienda a los padres usar pan 100% integral y reducir el uso de embutidos procesados.
En lugar de ello, pueden optar por rellenos como huevo duro o en tortilla, atún, salmón, sardinillas o anchoas, queso fresco, hummus o patés vegetales, crema de frutos secos o cacao sin azúcar y tiras de pollo asado.
Vegetales y frutas, un toque de frescura
Para mejorar la calidad nutricional de los bocatas y tostadas, anima a los padres a agregar vegetales y frutas frescas como lechuga, tomate, pimiento asado, rodajas de pepino, zanahoria rallada, rábanos, brotes verdes, fresas, plátanos, piña o kiwi.
Cereales y dulces, con moderación y opciones saludables:
Los cereales y dulces también pueden formar parte de una dieta equilibrada, siempre y cuando se consuman con moderación y se elijan opciones saludables.
Picar picos integrales con onzas de chocolate negro es una idea deliciosa y satisfactoria.
Barritas de cereales o granola casera sin azúcar:
Las barritas de cereales o la granola casera sin azúcar son alternativas más saludables a las opciones comerciales que a menudo contienen azúcares añadidos y otros ingredientes poco saludables.
Galletas o tortitas caseras, ¡una opción casera y nutritiva!
Recomienda a los padres preparar galletas o tortitas caseras con ingredientes más saludables, como avena, frutas, frutos secos o chocolate negro.
Estas opciones caseras son una forma de controlar la cantidad de azúcar y grasas que consumen los niños.
Opciones libres, siempre con moderación:
Algunos alimentos pueden incluirse en la dieta infantil ocasionalmente, como macedonia, revuelto o tortilla, tortitas de maíz y chips de verduras o plátano.
Es importante que los padres comprendan que estos alimentos deben consumirse con moderación y no deben convertirse en la base de la alimentación diaria.
Planificación y organización, claves del éxito
Una buena planificación puede facilitar enormemente la introducción de alimentos saludables en la dieta de los niños. Recomienda a los padres preparar tortitas o bizcochos integrales durante el fin de semana y congelarlos para tener opciones rápidas durante la semana. También pueden preparar porridge de avena la noche anterior y cortar frutas para que estén listas para llevar en la mochila.

Respetar el apetito y evitar obligar a desayunar
Es fundamental que los padres entiendan que cada niño tiene un apetito diferente y que no deben obligarlos a desayunar si no tienen hambre. Darles el tiempo necesario para disfrutar de la comida sin prisas es esencial para que aprendan a escuchar sus señales de hambre y saciedad.
Evitar alimentos ultraprocesados poco saludables
Es crucial educar a los padres sobre los riesgos de ofrecer alimentos ultraprocesados poco saludables a sus hijos “para que no se vayan sin comer”. En lugar de eso, se les puede animar a ofrecer alternativas más saludables y atractivas, involucrando a los niños en la preparación de sus comidas.
Equilibrio en las actividades extracurriculares
Además de la alimentación, es importante que los niños tengan tiempo para la actividad física y el juego. Sobrecargar su agenda con clases y actividades extracurriculares puede interferir con su capacidad para llevar un estilo de vida activo y saludable.
Fomentar hábitos saludables en general
Como profesionales sanitarios, también podemos ayudar a los padres a fomentar otros hábitos saludables, como una buena higiene bucal y un adecuado descanso. Establecer horarios y rutinas para irse a la cama, incluso en verano, puede ser beneficioso para la salud de los niños.

Por lo tanto, una mochila saludable debe contener alimentos nutritivos y variados que fomenten un crecimiento y desarrollo óptimos en los niños.
La planificación, la organización y el respeto por el apetito de los niños son fundamentales para promover una relación saludable con la comida.
Como profesionales sanitarios, tenemos la responsabilidad de educar y guiar a los padres para que tomen decisiones informadas sobre la alimentación y el estilo de vida de sus hijos, y así construir un futuro más saludable para las generaciones venideras.
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