El lema de este año es “Acidez: una perspectiva global” que tiene como objetivo concienciar sobre la importancia de un tratamiento adecuado y cambios en el estilo de vida de las personas que padecen esta afección.
El reflujo gastroesofágico (ERGE) es una enfermedad crónica que se caracteriza por el retorno del contenido del estómago hacia el esófago, causando síntomas como acidez, regurgitación y dolor torácico.
El reflujo gastroesofágico ocurre cuando el esfínter esofágico inferior (EEI), una estructura muscular que se encuentra en la unión del esófago con el estómago, no funciona adecuadamente.
El EEI normalmente se relaja para permitir el paso del alimento al estómago y se cierra para evitar que los ácidos estomacales y los contenidos digestivos regresen al esófago.
Sin embargo, en personas con ERGE, el EEI se relaja de forma inapropiada o se debilita, lo que permite que los ácidos estomacales irritantes se filtren hacia el esófago.
El diagnóstico fisiológico de la ERGE implica la evaluación de la función del esfínter esofágico inferior y la medición de la presión esofágica.
Existen varias pruebas disponibles para este propósito, entre las que se incluyen la manometría esofágica, la pHmetría esofágica y la impedanciometría esofágica.
Estas pruebas proporcionan información objetiva sobre la presión y el movimiento del esófago, así como la exposición del esófago a los ácidos estomacales.

Consejos específicos para controlar los síntomas
Además del diagnóstico fisiológico y las premisas dietético-nutricionales, existen una serie de consejos y medidas adicionales que pueden ayudar a controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida en pacientes con reflujo gastroesofágico (ERGE).
- Alcanzar o mantener un peso saludable: el exceso de peso puede aumentar la presión sobre el estómago, lo que puede empeorar los síntomas de la ERGE. Es importante seguir una dieta equilibrada y realizar actividad física regularmente para controlar el peso.
- Dieta saludable adaptada a los síntomas actuales: aunque no existe una dieta específica para la ERGE, algunas personas pueden experimentar alivio de los síntomas al evitar ciertos alimentos desencadenantes como alimentos picantes, grasos, cítricos, chocolate, café y bebidas carbonatadas. Cada individuo debe identificar los alimentos que le causan molestias y adaptar su dieta en consecuencia.
- Cambios conductuales: adoptar hábitos alimentarios adecuados puede ayudar a reducir los síntomas. Se recomienda comer despacio, masticar bien los alimentos y evitar comer grandes cantidades en una sola comida. Además, la gestión del estrés y la incorporación de técnicas de relajación, como la meditación, pueden contribuir a un mejor control de los síntomas.
- Medidas cotidianas: es importante tener en cuenta algunas medidas sencillas en la vida diaria. Evitar llevar ropa ajustada alrededor del abdomen, elevar la cabecera de la cama para dormir en una posición ligeramente inclinada, realizar movimientos que no añadan presión al abdomen y evitar tumbarse inmediatamente después de comer pueden ayudar a prevenir la aparición de síntomas de reflujo.
- Tratamiento farmacológico: en casos moderados a graves de ERGE, se pueden recetar medicamentos para reducir la producción de ácido estomacal, como los inhibidores de la bomba de protones (IBP) o los antiácidos. La elección del tratamiento farmacológico debe adaptarse a las necesidades individuales del paciente, y en algunos casos refractarios, se pueden investigar fenotipos específicos utilizando pruebas diagnósticas.
- Tratamiento quirúrgico o endoscópico: en casos graves o cuando el tratamiento farmacológico no es efectivo, se puede considerar la opción de cirugía o procedimientos endoscópicos para corregir el mal funcionamiento del esfínter esofágico inferior. Estos procedimientos buscan fortalecer la barrera entre el estómago y el esófago para prevenir el reflujo.

Recomendaciones físicas y posturales
- Reducir el peso corporal (siempre que sea necesario): el exceso de peso puede ejercer presión adicional sobre el abdomen y empeorar los síntomas de la ERGE. Perder peso de manera gradual y saludable puede contribuir a reducir la presión abdominal y mejorar los síntomas.
- Evitar cinturones y ropa muy ceñida: el uso de ropa ajustada alrededor del abdomen puede ejercer presión adicional en el área y aumentar el riesgo de reflujo. Es recomendable usar ropa cómoda y suelta para evitar la presión abdominal.
- Reducir la presión abdominal: se recomienda evitar actividades que aumenten la presión intraabdominal, como levantar objetos pesados, realizar esfuerzos intensos o llevar a cabo movimientos bruscos. Estas acciones pueden empeorar los síntomas de reflujo.
- No tumbarse después de las comidas (esperar 2-3 horas): acostarse inmediatamente después de comer puede facilitar el reflujo del contenido gástrico hacia el esófago. Es recomendable esperar al menos 2-3 horas después de las comidas principales antes de acostarse o inclinarse.
- Dormir ligeramente incorporado y boca arriba o del lado izquierdo: dormir en una posición ligeramente inclinada puede ayudar a reducir el reflujo ácido durante la noche. Se recomienda elevar la cabecera de la cama o utilizar almohadas adicionales para mantener la parte superior del cuerpo en una posición elevada. Dormir boca arriba o del lado izquierdo también puede ayudar a prevenir el reflujo.
- Doblar las rodillas (no la cintura) al agacharse a coger algo del suelo: agacharse o doblarse por la cintura puede aumentar la presión abdominal y favorecer el reflujo. Es preferible flexionar las rodillas al agacharse para recoger objetos del suelo y evitar la presión adicional en el abdomen.
- Reducir el estrés: el estrés puede empeorar los síntomas de la ERGE. Se recomienda practicar técnicas de relajación como la meditación, la aromaterapia o el masaje para ayudar a reducir el estrés y mejorar el manejo de los síntomas.
- Ejercicio físico: si bien el ejercicio regular puede ser beneficioso para la salud en general, es importante tener en cuenta algunas precauciones en caso de reflujo gastroesofágico. Se recomienda evitar ejercicios intensos que puedan aumentar la presión abdominal, especialmente después de comer. Además, es importante evitar el consumo de alcohol y tabaco, ya que pueden empeorar los síntomas de reflujo.

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